Mi unico amor

Cada vez que paso por allí me es absolutamente inevitable recordarla. Es el lugar donde la vi por primera vez, donde la conocí y me enamore tan perdidamente que nunca jamás la pude olvidar, aun cuando ya sabía que volver a acariciarla, para mí, seria imposible; aun hoy, que cuando me la encuentro en persona no logro evitar sacarle mi mirada penetrante de encima y me es ineludible advertirla cada día mas bonita.
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Al verla con otros, el peor sentimiento de envidia y bronca irradia en mí, sin embargo, con la sabiduría que me otorgo el tiempo, supe respetar a ciertos hombres a quienes se les rindió a sus pies y supo ser su mejor amante; no obstante, muchas veces sigo preguntándome como fue capaz de permitirle a otros tantos que no lo merecían dejarla que la descubran, rebelándole todos sus secretos, esos que nunca supe descifrar. ¿Quién sabe? Seguramente alguna vez me los contó y yo jamás la quise escuchar. Suele ocurrir.
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Jamás olvidare aquellos momentos cuando la pasábamos de maravillas. Fue cuando el tiempo se detuvo en el momento exacto para que nuestras almas se fusionen para formar una sola persona. Aquella vez, a pesar de que costo mas de lo esperado, supe entender todos sus caprichos y todo ese tiempo invertido en ella, provoco que hoy sepa contestar cual fue el día mas feliz e importante de mi vida.
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Como será de significativa para mi, que de vivir aquellos meses mas felices e intensos de mi existencia, en un instante, sin darme cuenta, culpa de ella o mía (hoy es uno de mis principales acertijos) viaje a un mundo de soledad y tristeza que nunca le deseare ni a mi peor enemigo.
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Nos fuimos soltando la mano de a poco hasta no sentir más el calor de su piel. Es mí deber ser sincero; ella fue comprensiva y siempre me escucho. Me quedaba hablándole y mirándola tan fijamente provocando en mi que nadie mas existiese en el mundo. Yo solo intentaba recuperarla a cualquier precio, sin embargo, cuando parecía que estaba cerca, ella encontraba la excusa perfecta para que nos volvamos alejar.
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Una gran tormenta ya estaba sobre nosotros, ella, a su manera, me lo había advertido una y otra vez, yo colapsado por mis fuertes sentimientos y sobre todo por la imposibilidad de nunca mas volverla a tocar, de ningún modo quise hacerle caso. Un día comenzó a llover y para mi jamás paro hasta el día que me di cuenta que por ella, yo arriesgue mi vida hasta más no poder.
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Lo más increíble de esta historia de amor es que “ella” no es una mujer, muchos no sabrán entenderme y admitiendo que esto trastorna irremediablemente la lógica de cualquier mortal, dirán que es ridículo, sin embargo les contesto que si enamorarse de una pelota de futbol es de ridículo, yo les cuento que por ella, vale la pena serlo.

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Juan Landa